A Touza, Cadaval-Uzáiz, Brito, Lamelas, Ceán, Pías y Cea son los siete
pazos que dotan de historia e importancia patrimonial al municipio de Nigrán.
Este último tuvo un papel decisivo en la historia del ayuntamiento en los
siglos XVII y XVIII y recoge innumerables anécdotas desconocidas para la
mayoría de sus vecinos.
Construido por orden del Abad de San Félix de Nigrán, Juan de Cea, en el
siglo XVI, el Pazo está considerado uno de los más importantes de la localidad.
Declarado Monumento Histórico y Bien de Interés Cultural, Cea cuenta con
capilla, hórreo, palomar y una fuente blasonada.
Pese a convivir en un municipio con otros seis pazos, el de Cea –que presenta todos los elementos propios de los pazos gallegos: casa señorial, jardines, escudos heráldicos, capilla y palomar– ofrece particularidades únicas. Podría ser el único de la comunidad gallega con influencias portuguesas en su arquitectura, dado que la escalinata fue modificada en una de sus reformas. Inicialmente, los peldaños se colocaban en paralelo a la fachada, como ocurre en las casas señoriales lusas, y hoy se encuentran en perpendicular.
Mientras la mayor parte de los pazos gallegos se ligaban a explotaciones
agrícolas, el de Cea fue siempre una residencia de lujo.